Lorena Olivares
Chile
Santiago, Chile, 1973. Entre 1991 y 1995 estudió en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile donde se graduó como esculturas.
Ha participado en innumerables exposiciones y varias de sus obras de gran formato se encuentran desplazadas en espacios públicos de distintas ciudades de Chile. Actualmente vive y trabaja en el Manzano, sector cordillerano de Santiago.
EXPOSICIONES (Selección):
2012 Paseo de las Artes del Centro Cívico de la comuna, Las Condes. Abacero 53- Santiago, Chile.
2011 Mujeres en la escultura chilena- Parque de las Esculturas.
2009 Premio Naitun- Fundación Pablo Neruda, Isla Negra.
2007 Metales- Biblioteca de Santiago.
2004 Es- Cultural V Versión- Palacio de La moneda, Santiago.
2003 Juguete de artista II- Galería Cecilia Palma, Santiago.
2002 El acero en la escultura chilena- Sla de Arte Fundación Telefónica, Santiago.
1999 XXI Concurso Nacional de Arte Joven- Universidad de Valparaíso.
1998 Campo Negativo- Parque de las Esculturas, Santiago.
Primer Simposio Escultura Facultad de Artes Universidad de Chile- Museo Nacional de Bellas Artes, Santiago.
Nueve críticos, dieciocho artistas- Galería Praxis, Santiago.
1997 Nopaisaje- Noarquitectura- Centro Experimental Perrera Arte, Santiago.
1996 Tres dimensiones- Casa de la Cultura de San Bernardo.
PREMIOS (Selección):
2011 Primer premio Escultura- Premio Provincial de Artes Visuales, Provincia de El Maipo, Chile.
Segundo premio
2010 Primer premio Concurso Nacional de Escultura Acceso Norte a Llanquihue, Región de los Lagos, Hile.
2008 Primer premio Concurso de Arte Público- Liceo C-45, Perpenco, Región de Araucanía, Ministerio de Obras Públicas, Chile.
2002 Proyecto Escultura Borde Urbano- La Pintaña, Beca Fondart, Primer premio Concurso Mural Circuentenario- Facultad Ingeniería Forestal, Universidad de Chile.
2000 Proyecto Acción Dos Colectivo Escultórico Urbano- Beca FONDART.
1999 Proyecto Colectivo Ecultórico Urbano- Beca FONDART.
1996 Primer premio Concurso de Escultura Octubre, mes de la calidad- Ministerio de Economía.
1995 Beca Amigos del Arte- Corporación Amigos del Arte.
ENTREVISTA
El Cajón del Maipo se encuentra a una hora y media de Santiago. Es un lugar maravilloso enclavado entre la cordillera de los andes y allí decidió Lorena a sentarse para desarrollar su arte, en el manzano, por eso en la mesa de la cocina de su casa me estaba esperando una tarta de manzana que disguste con tres porciones. Es una receta mapuche. Con ese manjar en mi mano le pregunto:
¿Cuál es el nombre de la tarta?
Kuchena
Cuéntame, ¿cómo empezó todo esto, tienes en tu familia algún referente artista, alguno fue zapatero, carpintero, alguien bordaba? ¿De dónde viene esa manualidad, el trabajo con tus manos y por qué la escultura hay en la cero y esa entrega que tienes en tu vida hacia la construcción espacial?.
Yo identifico como dos cosas: una, mi familia en general, mi abuelo, por ejemplo, fue muy inquieto, siempre aprendiendo nuevas cosas con las manos, mi papá igual, mi abuelo incluso, hacia muebles, Agarraba martillo, clavos y los amaba y mi mamá también muy en el hacer. Y por otro lado, cuando yo era chica, vivió unos años en los andes, que era una ciudad que queda bastante cerca de Santiago y esa casa era otro mundo porque era muy antigua, de Adobe de esas grandes, así de teja y tenía un terreno enorme y hay funcionaba una planta recuperadora de estaño. Entonces en mi casa, en mi patio, estaba una fundición, había cerros de chatarra, donde yo iba a jugar con mi hermano, por eso mis imágenes de esa época son estos cerros de color óxido y encontraba latitas redondas, cuadradaditas ah y todos esos eran mis juguetes. Me iba a la fundición y les pedí a los maestros que me regalaran todos los choreados de estaño, tenían una forma maravillosa, y también había un taller de carpintería ahí así que iba y le pedí a los maestros que me regalaran los rulos, yo le decía los rulos al aserrín que queda después de agujerear la madera, entonces todo eso estuvo tan cercando que para mí fue, yo creo, el inicio de mi interés por estos materiales. Siempre me gustó mucho en láser, siempre estaba coleccionando y armando cosas, me encantaba dibujar y pintar, esas eran mis entretenciones.
Y luego de el salto, porque eres académicas. ¿Si? Salto a la universidad.
Claro, yo desde muy chica, supe que el arte era lo mío.
Lo tuve bastante claro, en alguna época pensé en arquitectura por ser algo más práctico para sobrevivir, pero la verdad que el arte me colmó.
¿En qué año entraste a la universidad?
En el 91. Yo salí del colegio con 17 años y entré al tiro a la universidad, no lo dudes ni un instante.
¿O sea te metiste en una carrera de la vida con absoluta libertad?
Sí.
Después de que Chile estaba, o estuvo tanto tiempo bajo un régimen duro, supongo que entonces tú buscabas algo que te diera toda la libertad para ejercer una expresión...
Yo en ese sentido me siento increíble porque yo he vivido mi vida sin ningún trauma, sin ningún obstáculo.
¿Cuál fue tu primera pieza, no de la escuela, si no tu primera pieza que dijiste, ¡Wow!?
Lo que pasa es que yo entré a la universidad pensando en pintura. Estaba segura que era lo mío, pero llegué a la escuela y por primera vez tuve un taller de volumen con la Paty del canto y me empecé a dar cuenta que era mucho más entretenido, me planteaba desafíos mayores y al final del primer año la Paty me dijo:-tú vas a tomar escultura, cierto? Yo lo dudes porque yo siempre pensé en la pintura y al final dije, no, lo mío es la escultura... y por ahí me fui y no he parado más.
Te acuerdas de la primera pieza que hiciste, la primera, no de estudio, la primera que tuviste en tus manos.
Sí, me acuerdo cuando yo empecé a hacer obras para mi título, mi propuesta personal voy una pieza que es como la primera que me hizo sentir satisfecha: de madera, con durmientes y acero, era una mezcla y era como un estallido y estaban estos fragmentos de madera con acero que se apoyaban en una base muy fuerte de durmiente.
¿Y dónde está esa pieza?
La vendí al poco tiempo! (risas). No soy muy aprensiva con las piezas, yo no tengo tantas, pero si me preocupo en tener fotos de todo lo que hago.
¿Tenías algún referente en esa época de estudio, admirabas a alguien? Guiacometti, Caro...
La verdad es que nunca tuve muchos referentes en la figuración, sino más bien en la abstracción. En esa primera época me acuerdo que me llamó mucho la atención Richard Serra, para mí fue increíble. Cómo hacer una obra tan simple con una geometría es tan simple, un pequeño gesto y lograr como un espacio, abrir un espacio tan grande y además de que significabas toda una experiencia, no era solamente de esculturas como forma sino de experiencia en torno a ese espacio.
Sí, te metes y caminas dentro de ellas.
Claro, sí.
Es una cosa impresionante.
¡Es llevar la escultura al máximo!
¿Tienes hijos?
Sí, tengo una hija.
¿Crees que seguirá tu camino?
No es que no quiera o quiera; veo que ella tiene muchas actitudes creativas y todo pero la verdad que yo la dejo en libertad para que elija.
¿Alguna herida de tipo física o las otras que son peores, cuando te rechazan un proyecto?
Bueno, es parte de esto y de la vida también, muchas veces he trabajado mucho tiempo dedicándome a un proyecto y después no resulta pero yo creo que es un reto. Ahí está el desafío. Y heridas físicas, bueno, sí, anécdotas, ya sabes.
Una vez estaba poniendo con un Esmeril un pedazo de fierro en verano, con mucho calor, entonces yo con la bolera, y estaba puliendo y puliendo, y se empieza sentir calientito y veo fuego!, Me estaba incendiando. Pero por suerte nada serio, nunca he tenido un accidente serio.
¿Tu primera exposición?
Fue al poco tiempo de salir de la escuela, justamente con mi proyecto de título....
¿Y que presentaste? ¿Fueron muchas obras?
Sí, fueron hartas obras pequeñas porque fue como una serie que hice de tamaño maqueta y trabajé las combinaciones posibles pensando en las tres dimensiones, pero además de las tres dimensiones, ¿cuál sería su opuesto? Mirándolas desde el otro punto de vista: así como existe el número cero, existe el -1, ¿como serían las tres dimensiones desde esa lógica, no elevación, no ancho, no largo? ¿Cómo sería eso? Entonces hice combinaciones de dos dimensiones en ese campo abierto de seis dimensiones por ejemplo, combinando ancho con no alto y salieron formas bien interesantes.
Si, es la anti tridimensionalidad. ¿Y como te fue?
Me sentí bien, pero la obra fue un poco incomprendida, no se entendió mucho, bueno... pero pero la gente en general; pero como fue mi proyecto título, fue bastante bien evaluado el resultado por mis profesores.
¿Qué piensas de este proyecto, nueve mujeres y un hombre ALACERO y de una fundación mexicana que viene a Chile conjuntamente con esta organización de empresarios del acero, hacerles una exposición?
Lo encuentro súper entretenido.
Cuando te invitamos, ¿qué sentiste, que dijiste?
Pienso que es genial porque en el fondo es como aceptar dos mundos que aparentemente están tan distantes y yo en la vida, fue por ahí, por esa apertura de aceptar entramarnos, porque creo que a través de eso podemos mejorar el mundo finalmente.
Una asociación, claro. Me dices que conoces a muchas de las esculturas, yo no conozco a todas personalmente, eres la cuarta que entrevisto. Pero dime, ¿tú crees que va a hacer una buena exposición?
Absolutamente.
He visto las obras de todos para hacer la selección y demás, pero a nivel humano, ¿crees que es un grupo homogéneo compacto?
Sí, nos conocemos, o sea somos de distintas generaciones, pero nos conocemos desde hace tiempo.
¿A qué crees que se deba que Chile es uno de los países que más mujeres esculturas tiene? ¿A las montañas? ¿A las cordilleras, tal vez? ¿A esas profundidades de campo que hay, esos planos?
Yo creo que tiene que ver definitivamente con la geografía, porque esta geografía exige un temple...
Sí, ¡porque son todas guerreras!
Sí, sí, no es algo nuevo, es algo que viene con la historia de la cultura chilena, o sea las precursoras son mujeres, raro.
¡Que notable!
Rebeca Marte, Martha Colvin, Eli Garafori, que acaba de morir hace poco.
Sí, a mi me sorprendió. Bueno, nos vemos en octubre en ALACERO 53 y muchas gracias por recibirme en tu casa.
Gracias a ti, ¡un honor!
Otra cosa, ¿le pones nombres a las piezas?
Sí.
Cuéntame, por qué.
Porque como nosotros tenemos nombres, las obras merecen un hombre, además yo creo que el nombre ayuda a que el público, la gente, tenga una puerta de entrada al mundo, a los símbolos, al lenguaje, al mensaje que está ahí, entonces por qué no ponerles algún nombre.
¿Ha habido dentro de tu trayectoria, una línea que te lleve al encuentro con algo allá muy lejos... un objetivo o has dado vuelco?
Mira, diría que yo trabajo diversos materiales, no soy de una sola cosa, me gusta mucho mezclar, me gusta esa dualidad entre la rigidez del acero, por ejemplo, esa cosa geométrica, limpia, perfecta, y lo que es más orgánico, más vivo, la madera, la cerámica. Pero la verdad es que no, no he tenido un vuelco.Siempre he ido por una línea apuntando a donde mismo, me gusta mucho la geometría, las formas simples, limpias. Independiente del material.
¿Herramienta preferida? ¿El cartonero? (Risas).
No, es el esmeril. Todo lo que hago con el esmeril, es tan versátil. De hecho de la cantidad de máquinas que tengo, los esmeriles son lo que más he tenido que renovar. El esmeril porque me sirve para la madera, el aluminio, el fierro.
Gracias, Lorena... muchas gracias.